Salida desde la plaza del Ayuntamiento. Bajar por la calle de la Fragua hasta el Pabellón y seguir por Carraluesma, puente sobre el río Huerva hasta la pista de Herrera.
Seguir por la pista un kilómetro hasta el primer desvío que sale a la izquierda (pista de Valdeaparceros) (1). Aquí comienza un kilómetro de subida que es lo más duro de todo el recorrido. Por esta pista llegamos a la explanada del corral de la Casa y de nuevo a la pista de Herrera (2).
Se vuelve a tomar la pista de Herrera y se recorren unos 4 kilómetros hasta la carretera de Herrera a Luesma. Este tramo, es muy cómodo. Suave subida la primera parte y bajada más pronunciada la segunda (3).
Por la carretera, en dirección Herrera se recorren unos cuatrocientos metros hasta la pista que sale a la izquierda y que sube al corral de Valhondo junto del pinar (4).
Desde el corral y siempre bordeando el pinar, seguimos hacia la derecha por un camino, a tramos evidente y a tramos algo borroso pero sin pérdida; al principio de subida y luego de bajada hasta llegar a la pista que sube desde el río Huerva (Costera de Herrera) (5).
Cruzamos esta pista y continuamos por la orilla del pinar hasta alcanzar el comienzo de la senda de las Anrroyas que está bien señalizado (6).
La senda comienza en un pequeño balsete, y a través del pinar, se aboca hacia el río en un rápido descenso. Este tramo, es de lo más bonito de la marcha pues ofrece una preciosa vista del valle del Huerva muy aérea y despejada. Esta senda, llega a una pista junto al río cerca del molino de Las Saladas (en Vistabella se le llama molino de Justito). Se toma esta pista que va paralela al río por la margen derecha, y después de recorrer unos 300 metros, aguas arriba, se llega al vado del río (7).
En este punto, hay que vadear el río y pasar a la margen izquierda. Normalmente, el paso es fácil y además existe un madero cruzado con una sirga. No obstante, es prudente observar, antes de comenzar la marcha si lleva un caudal anormalmente grande. Una vez cruzado el río, se toma la pista que comienza en la orilla y que tras algo más de cuatro kilómetros, nos lleva a Vistabella.
Este camino, va siempre a la vista del río y es muy cómodo, ya que el desnivel que salva es mínimo.
